¿Te ha pasado alguna vez que, estando frente a un examen, te has quedado en blanco y no has podido recordar nada de lo que habías estudiado? ¿Te da miedo que te ocurra eso en tu examen de oposiciones de educación infantil? Si es así, no estás sol@. Muchos opositores sufren este problema, que puede arruinar sus posibilidades de conseguir una plaza. En este artículo, vamos a explicarte por qué se produce el bloqueo mental, qué factores lo favorecen y cómo puedes prevenirlo y superarlo. Así, podrás afrontar tu examen de oposiciones de educación infantil con más confianza y seguridad.
Pero antes, te vamos a contar una historia que te hará reflexionar sobre la importancia de este tema.
La historia de Ana
Ana es una opositora de educación infantil que lleva varios años preparándose para conseguir su sueño: ser maestra.
Ha dedicado muchas horas al estudio, ha hecho simulacros, ha repasado los temas, ha practicado la exposición oral... Se siente preparada y motivada para el examen.
Sin embargo, el día del examen, todo cambia. Ana se levanta nerviosa, no desayuna bien, llega con el tiempo justo al aula, se sienta en un sitio que no le gusta, ve a los demás opositores con cara de preocupación, escucha los comentarios negativos de algunos... Todo eso le genera una gran ansiedad, que le impide concentrarse.
Cuando le entregan el examen, Ana se queda paralizada. No recuerda nada del tema que ha salido, no sabe por dónde empezar, no recuerda nada de lo que ha estudiado. Se siente frustrada, angustiada, avergonzada. Piensa que ha fracasado, que ha perdido el tiempo, que no vale para ser maestra. Se bloquea y no puede seguir con el examen.
¿Qué le ha pasado a Ana? ¿Por qué se ha quedado en blanco? ¿Podría haberlo evitado? ¿Qué puede hacer para que no le vuelva a ocurrir?
Sigue leyendo y encontrarás las respuestas.
¿Qué es el bloqueo mental y por qué se produce?
El bloqueo mental es un fenómeno psicológico que consiste en la incapacidad temporal de acceder a la información almacenada en la memoria. Es decir, es como si se nos borrara todo lo que sabemos sobre un tema, y no pudiéramos recuperarlo.
El bloqueo mental se produce por un exceso de estrés o de presión, que activa el sistema nervioso simpático, responsable de la respuesta de lucha o huida.
Esta respuesta es útil cuando nos enfrentamos a una amenaza real, como un animal salvaje, pero no cuando nos enfrentamos a un examen.
Cuando el sistema nervioso simpático se activa, se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol, que preparan al organismo para reaccionar ante el peligro. Sin embargo, estas hormonas también tienen efectos negativos sobre el cerebro, como:
- Reducen el flujo sanguíneo al lóbulo frontal, la zona encargada de las funciones cognitivas superiores, como el razonamiento, la planificación, la toma de decisiones o la memoria de trabajo.
- Inhiben la actividad de la corteza prefrontal, la zona encargada de regular las emociones, la atención y la impulsividad.
- Interfieren con la consolidación y la recuperación de los recuerdos, especialmente los de tipo declarativo, como los conceptos, los datos o las fechas.
Todo esto hace que el cerebro se quede en blanco, y que no pueda acceder a la información que necesita para resolver el examen. Además, el bloqueo mental genera más estrés, lo que retroalimenta el problema y lo agrava.
¿Qué factores favorecen el bloqueo mental?
El bloqueo mental no es algo que ocurra al azar, sino que depende de una serie de factores que lo pueden favorecer o prevenir. Algunos de estos factores son:
- El nivel de preparación: cuanto más preparado estés para el examen, menos probabilidades tendrás de quedarte en blanco. Por eso, es importante que estudies con antelación, que repases los contenidos, que hagas simulacros, que practiques la exposición oral, que resuelvas dudas, que te informes sobre el formato y los criterios de evaluación del examen, etc.
- El nivel de autoconfianza: cuanto más confíes en ti mismo y en tus capacidades, menos probabilidades tendrás de quedarte en blanco. Por eso, es importante que te valores positivamente, que reconozcas tus fortalezas, que te fijes objetivos realistas, que te premies por tus logros, que te apoyes en tus referentes, etc.
- El nivel de ansiedad: cuanto más ansioso estés por el examen, más probabilidades tendrás de quedarte en blanco. Por eso, es importante que gestiones tu ansiedad, que respires profundamente, que te relajes, que te distraigas, que te motives, que te diviertas, que duermas bien, que comas sano, que hagas ejercicio, etc.
- El nivel de atención: cuanto más atento estés al examen, menos probabilidades tendrás de quedarte en blanco. Por eso, es importante que te concentres en el examen, que evites las distracciones, que te aísles del ruido, que te sientes en un sitio cómodo, que te organices el tiempo, que leas bien las preguntas, que revises las respuestas, etc.
¿Cómo prevenir y superar el bloqueo mental?
Como has visto, el bloqueo mental es un problema que se puede prevenir y superar, si se tienen en cuenta los factores que lo influyen. Aquí te damos algunos consejos para que lo consigas.
Antes del examen
- Estudia con antelación, usando técnicas de estudio eficaces, como el repaso espaciado, la elaboración, la autoevaluación, la mnemotecnia, etc.
- Haz simulacros de examen, bajo condiciones similares a las reales, para familiarizarte con el formato, el tiempo, la dificultad, etc.
- Practica la exposición oral, grabándote, frente al espejo, con un compañero, etc., para mejorar tu expresión, tu fluidez, tu seguridad, etc.
- Resuelve tus dudas, consultando fuentes fiables, preguntando a tu preparador, a tus compañeros, etc., para aclarar los conceptos, los datos, las fechas, etc.
- Infórmate sobre el examen, buscando información sobre el tribunal, los criterios de evaluación, el temario, las preguntas frecuentes, etc., para saber qué esperar y qué hacer.
- Valórate positivamente, reconociendo tus fortalezas, tus habilidades, tus conocimientos, etc., para aumentar tu autoestima y tu autoconfianza.
- Fíjate objetivos realistas, que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales, para orientar tu esfuerzo y tu motivación.
- Prémiate por tus logros, celebrando tus avances, tus aciertos, tus mejoras, etc., para reforzar tu conducta y tu actitud.
- Apóyate en tus referentes, buscando el consejo, el ánimo, el ejemplo, etc., de personas que te inspiren confianza, respeto, admiración, etc., como tu preparador, tus compañeros, tu familia, tus amigos, etc.
- Gestiona tu ansiedad, usando técnicas de relajación, como la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva, el mindfulness, etc., para reducir tu tensión y tu nerviosismo.
- Distráete de vez en cuando, haciendo actividades que te gusten, que te diviertan, que te entretengan, etc., para desconectar del estudio y recargar las pilas.
- Motívate con frases positivas, que te animen, que te alienten, que te empoderen, etc.,
El día del examen
- Desayuna bien, comiendo alimentos que te aporten energía, como fruta, cereales, frutos secos, etc., para evitar el hambre y el cansancio.
- Llega con tiempo, saliendo con antelación, planificando la ruta, llevando todo lo necesario, etc., para evitar las prisas y el estrés.
- Siéntate en un sitio cómodo, eligiendo un lugar que te permita ver bien el examen, que tenga buena iluminación, que tenga poco ruido, etc., para favorecer tu concentración.
- Evita las distracciones, apagando el móvil, ignorando los comentarios de los demás, centrándote en tu examen, etc., para mantener tu atención.
- Respira profundamente, inspirando y espirando lentamente, llenando y vaciando los pulmones, relajando los músculos, etc., para calmar tu ansiedad.
- Motívate con frases positivas, recordando tus objetivos, tus motivos, tus capacidades, etc., para aumentar tu confianza y tu seguridad.
- Organiza el tiempo, distribuyendo los minutos para cada apartado del tema, dejando tiempo para revisar, etc., para optimizar tu rendimiento.
Durante el examen
- Si te quedas en blanco, no te desesperes, no te rindas, no te critiques, no te compares, etc., para evitar empeorar el problema.
- Respira profundamente, inspirando y espirando lentamente, llenando y vaciando los pulmones, relajando los músculos, etc., para calmar tu ansiedad.
- Empieza por un apartado del tema que te resulte más fácil, que te dé más puntos, que te dé más seguridad, etc., para recuperar la confianza y el tiempo.
- Recupera la información, usando estrategias como la asociación, la visualización, la repetición, la mnemotecnia, etc., para activar tu memoria.
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