¿Por qué olvido lo que estudio en las Oposiciones?



¿Te ha pasado alguna vez que estudias mucho para un examen, pero cuando llega el momento de hacerlo, te quedas en blanco? ¿O que repasas una y otra vez los mismos temas de las Oposiciones, pero se te olvidan al poco tiempo? ¿O que te cuesta recordar los detalles más importantes de lo que has leído?

Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, no te preocupes. No eres el único que sufre este problema. De hecho, es muy común entre los opositores al cuerpo de maestros de infantil, que tienen que enfrentarse a una gran cantidad de información y a una alta exigencia en las pruebas.

Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué hace que nuestra memoria falle cuando más la necesitamos? ¿Hay alguna forma de evitarlo o de reducirlo? En este artículo, vamos a intentar responder a estas cuestiones y a darte algunos consejos prácticos para mejorar tu rendimiento y tu retención de lo que estudias.

¿Qué es la memoria y cómo funciona?

La memoria es la capacidad de adquirir, almacenar y recuperar información. Gracias a ella, podemos aprender, recordar y aplicar lo que sabemos. Sin embargo, la memoria no es un proceso simple ni lineal. Por el contrario, implica varias fases y tipos de memoria, que interactúan entre sí de forma compleja.

Según el modelo clásico de Atkinson y Shiffrin, la memoria se divide en tres sistemas: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo.

  1. La memoria sensorial es la que registra la información que percibimos a través de los sentidos. Tiene una capacidad muy limitada y una duración muy breve (unos pocos segundos). Solo una pequeña parte de esta información pasa al siguiente sistema, la memoria a corto plazo.
  2. La memoria a corto plazo es la que mantiene activa la información que necesitamos en un momento determinado. Tiene una capacidad de entre 5 y 9 elementos y una duración de unos 20 segundos. Para que la información se mantenga más tiempo, es necesario repetirla o codificarla de alguna forma. Solo una parte de esta información pasa al siguiente sistema, la memoria a largo plazo.
  3. La memoria a largo plazo es la que almacena la información que hemos aprendido y que podemos recuperar cuando la necesitamos. Tiene una capacidad ilimitada y una duración indefinida. Sin embargo, no toda la información se almacena de la misma forma ni con la misma facilidad. Existen diferentes tipos de memoria a largo plazo, según el tipo de información que se almacena y la forma en que se recupera. Por ejemplo, la memoria declarativa, que se refiere a los hechos y los conocimientos, y la memoria procedimental, que se refiere a las habilidades y los hábitos.


¿Qué es la curva del olvido y cómo afecta a los opositores?

La curva del olvido es un fenómeno descubierto por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus, que muestra cómo se pierde la información que hemos aprendido con el paso del tiempo. Según sus estudios, la mayor parte de la información se olvida en las primeras horas o días después de haberla aprendido, y luego el ritmo de olvido se va haciendo más lento.

Tiene una forma exponencial, lo que significa que cuanto más tiempo pasa, menos información se olvida. Sin embargo, también significa que cuanto más tiempo pasa, más difícil es recuperar la información que se ha olvidado.

Afecta especialmente a los opositores, que tienen que estudiar una gran cantidad de información y recordarla en el momento del examen. Si no se repasa la información de forma adecuada y periódica, se corre el riesgo de olvidarla y de no poder demostrar lo que se sabe.

¿Cómo combatir la curva del olvido y mejorar la memoria?

Afortunadamente, existen algunas estrategias que pueden ayudar a combatir la curva del olvido y a mejorar la memoria. Estas estrategias se basan en los principios de la psicología cognitiva y la neurociencia, y tienen como objetivo facilitar el proceso de codificación, almacenamiento y recuperación de la información. Algunas de estas estrategias son:
  1. Repasos espaciados: Esta estrategia consiste en distribuir los repasos de la información a lo largo del tiempo, en lugar de concentrarlos en una sola sesión. De esta forma, se evita el efecto de interferencia, que ocurre cuando la información nueva dificulta el recuerdo de la información antigua. Además, se favorece el efecto de consolidación, que ocurre cuando la información se refuerza y se integra en la memoria a largo plazo. Se recomienda hacer repasos al día siguiente, al final de la semana y al final del mes, para evitar olvidar lo aprendido. Para aplicar esta estrategia, puedes usar un calendario o una agenda para planificar tus repasos, y seguir un orden lógico y progresivo de los temas. También puedes usar tarjetas o fichas con preguntas y respuestas, y revisarlas periódicamente. Otra opción es usar aplicaciones o programas que te ayuden a organizar y recordar tus repasos, como Anki o SuperMemo.
  2. Práctica de recuperación: Esta estrategia consiste en ponerse a prueba y tratar de recordar la información sin consultar las fuentes. De esta forma, se activa el efecto de test, que ocurre cuando el hecho de recordar la información mejora el recuerdo posterior. Además, se favorece el efecto de metacognición, que ocurre cuando se evalúa el propio nivel de conocimiento y se detectan las áreas de mejora. Se recomienda hacer simulacros de exámenes tipo test o desarrollo, al menos 20 veces antes de la prueba real, para acostumbrarse a los estímulos del día del examen. Para aplicar esta estrategia, puedes usar exámenes de convocatorias anteriores, o crear tus propios exámenes con preguntas de diferentes niveles de dificultad. También puedes usar aplicaciones o programas que te permitan hacer tests online, como Quizlet o GoConqr. Otra opción es formar grupos de estudio y hacerse preguntas entre los compañeros, o explicar el temario en voz alta como si fueras el profesor.
  3. Codificación elaborativa: Esta estrategia consiste en relacionar la información con otros conocimientos previos, con ejemplos, con imágenes o con emociones. De esta forma, se evita el efecto de superficialidad, que ocurre cuando la información se aprende de forma mecánica y sin sentido. Además, se favorece el efecto de significatividad, que ocurre cuando la información se integra en una red de conocimientos y se facilita su recuperación. Se recomienda hacer resúmenes, esquemas, mapas conceptuales o mentales, o asociaciones mnemotécnicas, para facilitar la comprensión y el recuerdo. Para aplicar esta estrategia, puedes usar técnicas como el método Cornell, que consiste en dividir la hoja en tres partes: una para las ideas principales, otra para las notas y otra para el resumen. También puedes usar técnicas como el método de loci, que consiste en asociar la información con lugares conocidos. Otra opción es usar técnicas como el método de las historias, que consiste en crear una narración con la información que se quiere recordar.






Hay más estrategias que puedes usar para mejorar tu memoria y optimizar tu estudio. Aquí te presento algunas de ellas:
  1. Interleaving: Consiste en alternar el estudio de diferentes temas o materias, en lugar de estudiar uno solo de forma intensiva. De esta forma, se evita el efecto de saturación, que ocurre cuando la información se vuelve repetitiva y aburrida. Además, se favorece el efecto de transferencia, que ocurre cuando la información se relaciona con otros conocimientos y se facilita su aplicación. Se recomienda planificar el estudio de forma que se cambie de tema cada cierto tiempo, y que se revisen los temas anteriores de forma intercalada.
  2. Generación: Consiste en generar la información por uno mismo, en lugar de recibirla pasivamente. De esta forma, se evita el efecto de ilusión, que ocurre cuando se cree que se sabe algo solo por haberlo leído o escuchado. Además, se favorece el efecto de profundidad, que ocurre cuando la información se procesa de forma activa y crítica. Se recomienda hacer preguntas, buscar respuestas, elaborar hipótesis, resolver problemas o crear ejemplos, para generar la información por uno mismo.
  3. Sueño: Consiste en dormir lo suficiente y de forma regular, para facilitar el proceso de consolidación de la memoria. De esta forma, se evita el efecto de deterioro, que ocurre cuando la falta de sueño afecta al rendimiento cognitivo y al estado de ánimo. Además, se favorece el efecto de restauración, que ocurre cuando el sueño permite al cerebro reorganizar y reforzar la información. Se recomienda dormir entre 7 y 9 horas al día, y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
Estas son solo algunas de las estrategias que pueden ayudarte a mejorar tu memoria y a combatir la curva del olvido. Sin embargo, hay muchas más, y lo importante es que las adaptes a tu estilo de aprendizaje, a tu ritmo de estudio y a tus objetivos. Lo que funciona para unos, puede no funcionar para otros, y lo que funciona en un momento, puede no funcionar en otro.

Lo que sí es seguro es que, con una buena planificación, una buena organización, una buena motivación y una buena actitud, puedes conseguir tus metas y aprobar las oposiciones de educación infantil. Solo tienes que confiar en ti mismo, en tu capacidad y en tu esfuerzo, y seguir estos consejos que te hemos dado.

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