1. Introducción: El Cuerpo como Eje del Aprendizaje
El presente informe
parte de una premisa fundamental, articulada por André Lapierre: "El
cuerpo es el instrumento primero del conocimiento, del lenguaje y del
pensamiento". En la etapa de 0 a 6 años, el desarrollo psicomotor
no es un aspecto secundario, sino el eje vertebrador sobre el que se construyen
la identidad, la autonomía, la comunicación y el aprendizaje. A través del
movimiento, la percepción y la emoción, el niño explora su entorno, se
relaciona con los demás y se construye a sí mismo. El objetivo de este
documento es proporcionar al equipo docente un marco de referencia,
fundamentado y práctico, para analizar, reflexionar y enriquecer su
intervención pedagógica en el área de la psicomotricidad, garantizando una
educación verdaderamente integral.
Este enfoque se
encuentra sólidamente respaldado por el marco normativo actual, incluyendo
la Ley Orgánica 3/2020 (LOMLOE) y el Real Decreto
95/2022, que establecen las enseñanzas mínimas de la etapa. Ambos textos
legales subrayan la importancia de una educación global, inclusiva, activa y
centrada en el juego, principios intrínsecamente ligados a una práctica
psicomotriz de calidad. Asimismo, este enfoque se alinea con los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, contribuyendo
directamente al ODS 3 (Salud y Bienestar), ODS 4 (Educación de Calidad), ODS 5
(Igualdad de Género) y ODS 10 (Reducción de las Desigualdades).
Comprendida su
importancia capital, es imprescindible analizar en detalle los componentes que
conforman el desarrollo psicomotor y cómo estos se entrelazan para formar la
base del desarrollo integral del niño.
2. La Dimensión
Integral del Desarrollo Psicomotor (0-6 años)
Para diseñar una
intervención pedagógica intencionada y eficaz, es esencial desglosar los
componentes clave del desarrollo psicomotor. Este análisis permite al equipo
docente observar con mayor precisión, comprender la interrelación entre las
distintas capacidades del niño y planificar experiencias de aprendizaje que
respondan a sus necesidades evolutivas. A continuación, se detallan los
elementos fundamentales de este proceso.
2.1. Motricidad Gruesa
Definición: Conjunto
de movimientos amplios y globales que involucran a los grandes grupos
musculares y permiten al niño mantener el equilibrio, desplazarse y coordinar
su cuerpo en el espacio. Es la base de la autonomía funcional.
Evolución
progresiva (0-6 años): Se inicia con el control de la cabeza, seguido
del gateo y los primeros pasos. Entre 1 y 3 años, se consolida la marcha y la
carrera. De los 3 a los 6 años, se perfecciona el dominio corporal con
habilidades como saltar, trepar, lanzar y correr con control de dirección y
velocidad.
Implicaciones
educativas:
- Ofrecer tiempo diario de movimiento libre en espacios interiores y exteriores para favorecer la autoexploración.
- Diseñar circuitos motores y juegos cooperativos que impliquen saltar, trepar, rodar y correr, respetando la diversidad de niveles.
- Valorar el proceso (iniciativa, perseverancia) tanto como el resultado, evitando comparaciones.
- Integrar música y ritmo para fomentar la conciencia corporal y la regulación emocional.
2.2. Motricidad Fina
Definición: Movimientos
precisos, controlados y coordinados que implican a los músculos pequeños,
especialmente de las manos y los dedos. Es fundamental para la manipulación de
objetos, la autonomía personal y la preparación para la lectoescritura.
Evolución
progresiva (0-6 años): Comienza con el reflejo de prensión palmar,
evolucionando hacia la prensión voluntaria y la pinza digital (pulgar-índice)
cerca del año. Entre 1 y 3 años, se desarrolla la capacidad de apilar,
garabatear y pasar páginas. De 3 a 6 años, se afina el control para dibujar
formas, recortar, trazar letras y vestirse de forma autónoma.
Implicaciones
educativas:
- Proponer actividades manipulativas variadas y significativas: ensartar, modelar, enroscar, pinzar, usar tijeras.
- Fomentar la autonomía en tareas cotidianas como vestirse, abrochar botones o recoger materiales.
- Respetar la lateralidad sin forzar la mano dominante.
- Evitar la escolarización precoz del trazo, priorizando el dibujo espontáneo y el juego gráfico como base para la escritura.
2.3. Esquema Corporal
Definición: Representación
mental, consciente e inconsciente, que una persona tiene de su propio cuerpo,
tanto en reposo como en movimiento, y de la relación entre sus partes.
Según Jean Le Boulch, es “la toma de conciencia y conocimiento del
propio cuerpo [...] en relación con los objetos y con el espacio”.
Evolución
progresiva (0-6 años): De 0 a 2 años, el niño diferencia su cuerpo del
entorno. De 2 a 4 años, identifica y nombra partes del cuerpo y comienza a
representarlo en dibujos rudimentarios. De 4 a 6 años, la representación se
vuelve más integrada y detallada, y aumenta la conciencia del cuerpo en
relación con el espacio.
Implicaciones
educativas:
- Realizar juegos de reconocimiento corporal (canciones, espejo, tocar partes del cuerpo).
- Fomentar la dramatización y la imitación (juegos de estatuas, animales, yoga infantil).
- Proponer actividades artísticas como el dibujo de la figura humana, el modelado o la creación de siluetas.
- Utilizar el lenguaje para describir acciones y emociones corporales.
2.4. Lateralidad
Definición: Predominancia
funcional de un lado del cuerpo sobre el otro (derecha/izquierda), que se
manifiesta en el uso preferente de una mano, un pie, un ojo o un oído. Es un
proceso de maduración neurológica que no debe ser forzado.
Evolución
progresiva (0-6 años): Durante los primeros años, el uso de ambos
lados es indiferenciado. Entre los 2 y 4 años aparecen las primeras señales de
preferencia. La consolidación de la lateralidad dominante suele ocurrir entre
los 4 y 6 años.
Implicaciones
educativas:
- Observar la preferencia lateral en el juego libre sin intervenir ni corregir.
- Proponer actividades que permitan explorar ambos lados del cuerpo (lanzar con ambas manos, mirar por un catalejo con cada ojo).
- Nunca forzar la mano dominante, especialmente en la escritura. Obligar a un zurdo a usar la derecha (lateralidad contrariada) puede generar dificultades de aprendizaje.
- Adaptar los materiales (tijeras para zurdos) y el entorno para ofrecer seguridad y normalidad.
2.5. Coordinación
General y Específica
Definición: Capacidad
para organizar y sincronizar los movimientos del cuerpo de forma eficaz.
La coordinación general se refiere a movimientos globales
(correr, saltar), mientras que la coordinación específica (o
visomotriz) implica movimientos precisos (lanzar, atrapar, dibujar).
Evolución
progresiva (0-6 años): Se desarrolla desde movimientos básicos y
reflejos hacia acciones cada vez más complejas. Entre los 3 y 6 años, el niño
se vuelve capaz de participar en juegos motores organizados, lanzar y atrapar
pelotas, y realizar trazos con mayor control.
Implicaciones
educativas:
- Diseñar experiencias motoras diversas que incluyan desplazamientos, saltos, giros y lanzamientos.
- Utilizar materiales variados como pelotas, aros, cuerdas y bloques de construcción.
- Incorporar el ritmo y la música para trabajar la sincronización de movimientos.
- Proponer retos ajustados a las posibilidades de cada niño para fomentar el progreso sin generar frustración.
2.6. Tono Muscular
Definición: Grado
de tensión o contracción mínima y continua que tienen los músculos en reposo.
Es la base que permite mantener la postura y realizar movimientos controlados,
y está íntimamente ligado al estado emocional y al nivel de atención.
Evolución
progresiva (0-6 años): El tono se regula gradualmente desde el
nacimiento. En la etapa de 3 a 6 años, se estabiliza y se adapta a diferentes
tareas (tensar para saltar, relajar para descansar), siendo un momento ideal
para trabajar la conciencia corporal y la relajación.
Implicaciones
educativas:
- Observar el tono del niño: ¿muestra flacidez (hipotonía) o rigidez (hipertonía)?
- Proponer actividades para regular el tono: arrastrar objetos o trepar para aumentarlo; ejercicios de respiración, masajes o estiramientos suaves para disminuirlo.
- Incluir rutinas de relajación en la jornada escolar, especialmente tras momentos de alta activación motriz.
2.7. Equilibrio y
Control Postural
Definición: Capacidad
de mantener una posición corporal estable, tanto en reposo (equilibrio
estático) como en movimiento (equilibrio dinámico). El control postural permite
adoptar y sostener posturas adecuadas para cada acción.
Evolución
progresiva (0-6 años): Comienza con el control de la cabeza y la
sedestación. Entre 1 y 3 años, se consolida la marcha autónoma. De 3 a 6 años,
se perfecciona la habilidad para caminar sobre líneas, mantenerse en un pie y
coordinar el cuerpo en juegos complejos.
Implicaciones
educativas:
- Incluir actividades de equilibrio estático y dinámico: caminar por líneas, juegos de estatuas, yoga infantil.
- Diseñar circuitos motores con rampas, superficies inestables o bancos.
- Permitir y fomentar los cambios de postura durante la jornada, evitando periodos prolongados de sedestación.
- Educar la postura desde la experiencia y el juego, no desde la corrección autoritaria.
2.8. Estructuración
Espacial y Temporal
Definición: Capacidad
de organizar las relaciones del cuerpo con el espacio (arriba/abajo,
cerca/lejos) y el tiempo (antes/después, secuencias). Estas nociones se
construyen a partir de la vivencia corporal y son fundamentales para la
autonomía y aprendizajes como la lectoescritura.
Evolución
progresiva (0-6 años): En los primeros años, la relación con el
espacio y el tiempo es concreta y centrada en el cuerpo. A partir de los 3
años, comienza a usar vocabulario espacial y temporal, y hacia los 5-6 años,
consolida la representación gráfica del espacio y una noción más exacta del
tiempo.
Implicaciones educativas:
- Utilizar el cuerpo como primera referencia a través de juegos de desplazamiento y orientación.
- Establecer rutinas estables y visuales (calendarios, secuencias de actividades con pictogramas) para dar seguridad y estructurar el tiempo.
- Fomentar el uso de vocabulario espacial y temporal en cuentos, juegos y rutinas diarias.
- Proponer actividades de secuenciación, como ordenar imágenes de una historia.
Estos componentes no
actúan de forma aislada, sino que se integran y cobran sentido gracias a los
marcos teóricos que explican la profunda conexión entre el cuerpo, la mente y
la emoción.
3. Fundamentos
Teóricos: Aportaciones de los Autores Clave
Una práctica
pedagógica sólida requiere un marco teórico que la fundamente y le dé
coherencia. En el campo de la psicomotricidad, las aportaciones de diversos
pensadores han sido cruciales para comprender la unidad del ser y el papel
central del cuerpo en el desarrollo. A continuación, se sintetizan las ideas
más influyentes que deben guiar nuestra intervención.
Autor |
Aportación Pedagógica Clave |
Henri Wallon |
El cuerpo es el primer lenguaje
del niño; el movimiento es una forma de expresión emocional y de vinculación
con el mundo. Defiende la unidad entre lo motriz, lo afectivo y lo cognitivo. |
Jean Le Boulch |
La psicomotricidad es un proceso
educativo que integra cuerpo y mente, esencial para el equilibrio personal.
Da especial importancia al esquema corporal, la coordinación y el tono. |
Jean Piaget |
La acción motriz es el punto de
partida del conocimiento y del desarrollo intelectual. En el estadio
sensoriomotor (0-2 años), la inteligencia se construye a través de la acción
corporal. |
André Lapierre y Bernard
Aucouturier |
La psicomotricidad es una
herramienta que permite al niño expresarse, desarrollarse y estructurarse
emocionalmente a través del juego libre y simbólico en un espacio seguro. |
Maria Montessori |
"El movimiento ayuda al
desarrollo psíquico, y este desarrollo se expresa con un movimiento más
coordinado y controlado". Defiende el movimiento libre en un ambiente
preparado. |
J. A. Soubiran |
El trabajo sobre el tono muscular,
la respiración y la relajación es clave para favorecer la regulación
emocional y la disposición del niño para el aprendizaje. |
Una vez establecidos
estos fundamentos teóricos, el siguiente paso es analizar cómo estos principios
se traducen en la intervención educativa diaria, en la organización del aula y
en el diseño de experiencias de aprendizaje significativas.
4. La Psicomotricidad
en la Práctica Educativa
Esta sección
constituye el núcleo del informe, conectando la teoría y la normativa con la
intervención práctica en el aula. El objetivo es ofrecer directrices claras
para diseñar una propuesta psicomotriz coherente, intencionada e inclusiva, que
ponga al niño en el centro de su propio aprendizaje.
4.1. Principios
Rectores de la Intervención
Toda práctica
psicomotriz debe guiarse por los siguientes principios fundamentales:
- Atender al desarrollo global del niño: Reconocer que las dimensiones emocional, cognitiva, social y motriz son inseparables.
- Utilizar el juego como vehículo principal: El juego espontáneo, simbólico y cooperativo es la forma natural de aprender en la infancia.
- Respetar el ritmo individual de desarrollo: Cada niño tiene sus propios tiempos, intereses y necesidades. La intervención debe ser personalizada y libre de presión comparativa.
- Promover experiencias significativas y vividas corporalmente: El aprendizaje debe partir de la actividad, la emoción y el placer del descubrimiento a través del cuerpo.
- Favorecer la seguridad emocional, la autoestima y la autonomía: Crear un entorno cálido y seguro donde el error sea visto como una oportunidad de aprendizaje.
- Diseñar actividades con una clara intención educativa: Cada propuesta debe tener objetivos claros relacionados con el desarrollo psicomotor.
- Crear entornos ricos y adaptados: La organización del espacio y los materiales debe invitar a la exploración, la creatividad y el movimiento libre.
- Integrar un enfoque inclusivo (DUA): Garantizar que todos los niños, independientemente de sus capacidades, puedan participar y aprender.
4.2. Enfoques
Metodológicos Complementarios
Para llevar a cabo una
intervención psicomotriz completa, se recomienda combinar dos enfoques
metodológicos que, lejos de ser excluyentes, se enriquecen mutuamente:
Psicomotricidad
Vivenciada o Relacional: Inspirada en autores como Lapierre y
Aucouturier, este enfoque se basa en el juego libre y espontáneo en una sala
preparada con materiales poco estructurados (telas, cajas, cojines). El rol del
docente es de observador y acompañante, ofreciendo seguridad y contención
emocional. Permite que el niño se exprese, elabore sus conflictos internos y se
relacione con los demás de forma auténtica. Es un espacio ideal para observar
el desarrollo socioemocional.
Sesiones de
Psicomotricidad Dirigidas: Este enfoque implica una mayor
estructuración por parte del docente, quien diseña actividades con un objetivo
específico (por ejemplo, un circuito para trabajar el equilibrio o una dinámica
para mejorar la coordinación). Aunque el docente guía la actividad, es
fundamental mantener un equilibrio que respete la espontaneidad y la
creatividad del niño. Son útiles para trabajar de forma intencionada aspectos
concretos del desarrollo psicomotor.
Una planificación
equilibrada debería incluir ambos tipos de sesiones a lo largo de la semana,
permitiendo tanto la libre expresión como el trabajo focalizado en habilidades
específicas.
4.3. Diseño del
Ambiente de Aprendizaje
El entorno es un
elemento educador clave. Su diseño debe ser intencionado para promover el desarrollo
psicomotor.
Espacio:
- Debe ser un lugar cálido, acogedor y seguro, sin obstáculos que impidan el movimiento.
- La decoración debe incitar al juego y al movimiento, pero sin sobrecargar el ambiente.
- Debe permitir tanto el juego motor amplio como el juego simbólico y tranquilo, con zonas diferenciadas si es posible.
Tiempo:
Las
sesiones deben estar estructuradas en tres fases claras para
dar seguridad y predictibilidad a los niños:
- Fase de inicio (Ritual de entrada): Un momento de acogida y asamblea para presentar la actividad, recordar las normas y anticipar lo que va a suceder.
- Fase de desarrollo (Expresividad motriz): El núcleo de la sesión, donde se desarrolla el juego libre o la actividad dirigida, permitiendo la exploración y la acción.
- Fase de cierre (Relajación y representación): Un momento para volver a la calma a través de cuentos, música suave, relajación guiada o la representación gráfica/verbal de lo vivido, facilitando la interiorización de la experiencia.
Materiales:
- Deben ser seguros, variados y numerosos para permitir la participación simultánea de todo el grupo.
- Es recomendable utilizar materiales polivalentes y de bajo costo (cajas, telas, cuerdas, cojines) que favorezcan la imaginación y múltiples respuestas motrices.
4.4. Estrategias
Pedagógicas Específicas
Para enriquecer la
intervención y conectar la psicomotricidad con otras áreas del desarrollo, se
proponen las siguientes estrategias:
Fomentar la
Expresión de Planes de Acción y Reflexión Posterior: Animar a los
niños a verbalizar lo que van a hacer ("Voy a construir una torre
alta") y a reflexionar después sobre lo que han hecho. Esto conecta
movimiento, lenguaje y planificación.
- Actividades Descriptivas de Imágenes y Espacios: Utilizar imágenes para trabajar vocabulario espacial y temporal, pidiendo a los niños que describan itinerarios o la posición de los objetos.
- Multiplicar Vivencias Perceptivas en Torno a una Misma Noción: Trabajar un concepto (ej. "largo-corto") a través de diferentes canales: moviéndose, midiendo objetos, dibujando y con ritmos musicales.
- Facilitar Actividades Exploratorias con Preguntas y Comentarios: Acompañar el descubrimiento con preguntas abiertas ("¿Qué has observado?", "¿Cómo te sientes?") que fomenten el pensamiento crítico y la expresión.
- Actividades Perceptivas y Clasificación: Proponer juegos de clasificar, seriar o agrupar objetos siguiendo un criterio, desarrollando así el pensamiento lógico.
- Actividades Musicales y Percepciones Rítmicas: Utilizar la música para vivenciar el ritmo a través del movimiento corporal, mejorando la coordinación y la sensibilidad.
- Adquisiciones Motoras Gruesas y Finas: Diseñar actividades que promuevan un desarrollo equilibrado, combinando acciones como reptar, saltar y correr con otras de manipulación fina y grafomotricidad.
- Actividades Corporales para la Interiorización del Esquema Corporal: Invitar a los niños a juegos y dinámicas centradas en el control postural, la lateralización y la estructuración espacio-temporal para afianzar la conciencia de su propio cuerpo.
La excelencia en la
práctica psicomotriz no reside únicamente en la aplicación de buenas
estrategias, sino en un compromiso firme con la inclusión, garantizando que
cada niño pueda participar y aprender en igualdad de condiciones.
5. Hacia una Práctica
Inclusiva: La Psicomotricidad desde el Diseño Universal para el Aprendizaje
(DUA)
El Diseño Universal
para el Aprendizaje (DUA) es el marco metodológico idóneo para garantizar que
la intervención psicomotriz sea accesible, significativa y enriquecedora
para todo el alumnado. En lugar de diseñar una actividad
estándar y luego adaptarla para quienes presentan dificultades, el DUA propone
planificar desde el inicio ofreciendo múltiples vías para que cada niño,
atendiendo a su diversidad de capacidades, ritmos e intereses, pueda participar
plenamente.
Principios del DUA
Aplicados
Los tres principios
del DUA se pueden aplicar de forma directa y eficaz en el diseño de las
sesiones de psicomotricidad:
- Principio 1: Ofrecer múltiples formas de representación. Consiste en presentar la información y las consignas de diferentes maneras. En una sesión de psicomotricidad, esto significa no limitarse a la explicación verbal. Se pueden utilizar demostraciones visuales (el docente realiza el movimiento), apoyos gráficos (pictogramas), videos o permitir que los compañeros sirvan de modelo.
- Principio 2: Proporcionar múltiples medios de acción y expresión. Se trata de ofrecer al alumnado diversas formas de participar en la actividad y de demostrar lo que han aprendido. Esto implica permitir que elijan entre diferentes materiales (pelotas de varios tamaños, texturas o pesos), ofrecer distintos niveles de dificultad en un circuito o aceptar que un niño exprese su comprensión a través del movimiento, el dibujo o la verbalización.
- Principio 3: Ofrecer múltiples formas de compromiso. Este principio se centra en captar el interés y mantener la motivación del alumnado. En psicomotricidad, se puede lograr ofreciendo opciones que se ajusten a sus intereses (juegos competitivos, cooperativos o exploratorios), permitiendo que creen sus propios desafíos o conectando las actividades con sus experiencias y conocimientos previos.
Ejemplificación
Práctica
Para ilustrar cómo se
aplican estos principios, imaginemos una actividad diseñada para enseñar
un ejercicio de equilibrio:
Múltiples
formas de representación (Principio 1):
- Auditiva: El docente da instrucciones verbales claras y sencillas: "Vamos a caminar sobre la línea sin salirnos".
- Visual: El docente realiza el ejercicio como modelo y muestra un video corto de otros niños haciéndolo.
- Táctil/Kinestésica: Se permite que un compañero guíe a otro de la mano al principio.
Múltiples
medios de acción y expresión (Principio 2):
- Se ofrecen diferentes niveles de desafío: caminar sobre una línea pintada en el suelo, sobre una cuerda, sobre un banco bajo o sobre una barra de equilibrio.
- Se permite el uso de apoyos, como cuerdas a las que agarrarse o la ayuda de un compañero.
• Múltiples
formas de compromiso (Principio 3):
- Se ofrece la opción de realizar el ejercicio individualmente o en una "carrera de relevos" por equipos.
- Se permite que los niños inventen sus propios desafíos de equilibrio, como llevar un objeto en la mano mientras caminan.
La adopción del DUA
transforma la psicomotricidad en una poderosa herramienta para la equidad
educativa, asegurando que el cuerpo y el movimiento sean una vía de aprendizaje
y desarrollo para todos y cada uno de los niños.
6. Conclusiones y
Recomendaciones Finales
Este informe ha recorrido
los fundamentos, componentes y estrategias de la psicomotricidad, reafirmando
su papel central en la Educación Infantil. La conclusión principal es que la
psicomotricidad no debe ser considerada una actividad aislada o un simple
momento de desahogo físico. Es el eje vertebrador del desarrollo infantil, el
lenguaje a través del cual el niño descubre el mundo, se reconoce a sí mismo,
expresa sus emociones y construye las bases de todo aprendizaje futuro. Un niño
que supera un reto motor, que inventa un juego o que aprende a regular su
cuerpo está construyendo su autoestima, su autonomía y su capacidad para
afrontar los desafíos de la vida.
Como consultor
educativo, mi recomendación final es reafirmar el compromiso profesional con
una práctica que ponga el cuerpo, el juego y la emoción en el centro del
proceso educativo. Tal como nos enseñó Wallon, "el pensamiento
nace de la acción", y en los primeros años, esa acción es fundamentalmente
corporal. Siguiendo la visión de Le Boulch, debemos recordar siempre
que "educar el cuerpo es educar la persona". Nuestro objetivo no es
entrenar cuerpos, sino educar personas seguras, autónomas, creativas y
equilibradas, capaces de moverse, pensar y sentir en armonía. La escuela
infantil tiene la responsabilidad y la oportunidad de escuchar el lenguaje del
cuerpo y de hablar con él, sentando así las bases para una vida plena.
7. Referencias
Bibliográficas y Legislativas
Normativa Educativa
- LOMLOE: Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación.
- Real Decreto 95/2022, de 1 de febrero, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil.
Fuentes Bibliográficas
- Ajuriaguerra, J. de (1982). Manual de psiquiatría infantil. Madrid: Masson.
- Aucouturier, B. y Lapierre, A. (2011). Los fantasmas de acción y la práctica psicomotriz. Barcelona: Graó.
- Ballesteros, S. (2006). Psicología del desarrollo: del nacimiento a la adolescencia. Madrid: UNED.
- Le Boulch, J. (2004). La educación psicomotriz en la escuela primaria. Barcelona: Paidós.
- Palmar, M. J. (2014). Psicomotricidad: intervención educativa en Educación Infantil. Madrid: CCS.
- Piaget, J. (1975). La formación del símbolo en el niño. Madrid: Morata.
- Wallon, H. (1983). Psicología del niño. Madrid: Morata.
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